Atl. Ranillas - 1 : U.D. Montecarlo - 1

Algunos preveían un partido difícil y así fue; resultó un partido competido y de máxima igualdad entre los dos equipos, por lo que el resultado puede considerarse totalmente justo. Un rival que ejerció una gran presión en todas sus líneas, acumulando efectivos en su defensa y centro del campo y un campo de juego de reducidas dimensiones, eran ingredientes más que suficientes como para saber que el partido no era lo más favorable al juego de los de torrero, que en ningún momento del encuentro lograron hacer el juego combinativo y rápido al que nos tienen acostumbrados.

Preciosa mañana de fútbol en el Nuevo Ranillas y nada más comenzar el choque ya se vio como iba a ser el partido, pelea y lucha sin cuartel por cada balón y poco fútbol. La primera llegada la tuvo el conjunto visitante, en una llegada por la derecha bien detenida por el portero local, pero el que mejor tomo el aire al partido fue el cuadro local, que presionaba a los rojillos y le hacía perder el balón de manera muy rápida, aunque sin crear excesivo peligro sobre la meta visitante, reseñar algún lanzamiento de falta sin peligro y un balón rebotado tras despeje del portero visitante que salió fuera. 
Al Montecarlo le costaba hacer su juego por la gran presión del rival, pero una vez que lo consiguió, en el minuto 14 en una gran jugada por la izquierda llegó el 0-1. Este gol sirvió para dar algo de tranquilidad a los visitantes, que se sacudirían algo la presión local, y el partido se equilibró en todas sus líneas. Aún tendrían los visitante una buena llegada por la derecha que fue enviada a córner por la defensa local, mientras que el Ranillas tuvo una internada por la izquierda que llegó mansa a manos del portero visitante y un par de tiros lejanos sin ningún peligro. La mejor ocasión la tuvieron los visitantes en una falta directa que entre el poste y el portero evitaron el segundo gol. 
La segunda mitad comenzó algo diferente y pareció que los de torrero salían a resolver el partido, así acumularon dos buenas ocasiones en los primeros minutos, una internada desde la izquierda que terminó en córner, y un remate de cabeza tras saque de una falta que fue manso a las manos del portero; pero fue un espejismo y pronto se volvió al escenario de la primera mitad. El juego no tenía fluidez ni control por parte de ninguno de los dos conjuntos, y las ocasiones brillaban por su ausencia, algún centro a las áreas y poco más, hasta que sobre el minuto 15 llegó una buena jugada por la izquierda de los locales que se encarga de abortar el portero local en una buena intervención. No hubo más peligro en ninguna portería hasta el gol del Ranillas, en el que un balón le cae a un jugador del Ranillas dentro del área y este lo culmina con un tiro que bate por alto al portero del Montecarlo. 

A partir de ese minuto 20 el partido se traba aún más si cabe, lo visitantes intentan reaccionar pero más con el corazón que con la cabeza, y aunque lograron echar hacia atrás a su rival, cansado por la presión que había ejercido durante todo el encuentro, no tenían la claridad necesaria para genera algo de peligro, y la defensa local se imponía con solvencia. Reseñar que de ahí hasta el final por parte local sólo hubo una aproximación que culminó con un tiro lejano que salió alto, mientras que los visitantes se limitaron a varios centros de falta solventados bien por la defensa local y una falta que se estrelló contra la barrea del Ranillas. Reparto justo de puntos en un partido que si bien no fue brillante en lo futbolístico, si ofreció una intensidad y una entrega por parte de los chavales que hizo que se viviera con emoción este disputado choque.
La puyita de alasan: Es verdad que cada jugador, cada equipo tiene unas características específicas y que es difícil cambiarlas de un día para otro, pero hay circunstancias y partidos en los que esas mismas características que normalmente te hacen fuerte, se vuelven en tu peor enemigo, y es entonces cuando hay que saber cambiar el chip y elegir una vía alternativa. Si un partido, o una fase del mismo, por la presión del rival, las dimensiones del terreno de juego, o porque , sencillamente hoy no es tú mejor día, no te permiten desarrollar el juego habitual, hay que tener previsto un cambio de actitud. Ayer no era partido de conducciones, individualismo, pases cortos ni excesivos toques, había que soltar rápido el balón y buscar los espacios, y  nos empeñamos en complicarnos la vida por momentos.