Tenía que ocurrir y ocurrió. No voy a decir que fue
el resultado justo porque no lo fue, en el cómputo general de juego y ocasiones
los de torrero fueron superiores a su rival, a pesar de no hacer un buen
partido, pero fue la consecuencia lógica
de no haber sentenciado el encuentro cuando se pudo y de la fe del equipo local que nunca dejó de
pensar en la posible victoria.
Comenzó el choque y como viene siendo habitual los de
torrero salen algo dormidos lo que permite al A.P.I. acercarse un par de veces
con cierto peligro sobre el área visitante, hasta que sobre el minuto 5, la
primera buena jugada de verdad del Montecarlo culmina con el 0-1. Esto permitió
a los rojillos asentarse en el partido y comenzar a llegar con más peligro
ante la meta local, pero fue un dominio efímero y sobre el minuto 10 el partido
cambia y se equilibra de nuevo, en el juego y en el marcador ya que el conjunto local conseguiría el empate a los 12 minutos.
Durante un cuarto de hora el partido
transcurrió sin un claro dominador y llegadas a ambas áreas, aunque sin muchas
claras ocasiones, pero sobre la media hora de partido, los visitantes empujaron
un poquito y lo que les bastó para conseguir en una bonita y rápida jugada de
combinación el 1-2 con el que llegaríamos al descanso.
El comienzo de la segunda mitad en nada hacía
presagiar el resultado final. Y es que los chicos del Montecarlo tomaron de
manera clara el dominio del juego y comenzaron a maniatar a un rival que apenas
podía pasar de medio campo.
Sin embargo, ese dominio era estéril y apenas se
transformaba en una pocas ocasiones de gol, escasas y malogradas por los
delanteros rojillos, o por el buen portero local, lo que permitió al estos
mantenerse vivos en el encuentro, hasta que sobre el minuto 22 de esta segunda
mitad, en un córner los locales conseguirían el empate y el partido entraría en
una nueva fase.
A los visitantes les entró la ansiedad por recuperar el mando
en el marcador y se olvidaron de que su dominio se basaba en el buen juego y la
circulación del balón, y los locales se creyeron de verdad que podían ganar el
partido. Este se convirtió en un descontrol con llegadas a ambas áreas pero
fueron los locales los que acertaron consiguiendo el 3-2. Lo intentaron los de
torrero y cercaron a su rival en los últimos minutos, llegando a tener hasta 4
claras ocasiones de gol, pero el marcado ya no se movería y la victoria se
quedo en casa.
En resumen, 4ª derrota de Montecarlo en lo que va de
liga en un partido que no supo o no pudo cerrar cuando lo tuvo de cara y que no
pudo remontar cuando se le puso en contra, frente a un A.P.I. que tuteo a
rojillos en la primera mitad, supo aguantar cuando era superado por su rival y
nunca perdió lo fe en la victoria, obteniendo su premio, demasiado a mi entender,
pero eso es lo de menos.
La puyita de alasan: Entendiendo que es difícil y en ocasiones puede resultar doloroso manejar un grupo de niños que desean realizar el deporte que más les gusta, en este caso el fútbol, que la temporada toca a su fin y se han perdido los objetivos que podían resultar ilusionantes, pero ya estamos en categoría infantil y todo el mundo debe tener claro su rol en el equipo, y ganarse los minutos cada día con su actitud, en los entrenamientos y luego en los partidos, de lo contrario se puede estar penalizando a los que con su actitud, esfuerzo y calidad quizás merezcan más, pero sobre todo el que resulta perjudicado es el equipo. Hay una máxima en el fútbol que dice que los partidos primero se ganan y después se disfrutan, y para ello deben participar más los que más se lo merezcan y los que más puedan aportar al colectivo en cada momento, y sinceramente, creo que en ocasiones como la de ayer, damos demasiadas ventajas al rival.
Por otro lado, volvemos a caer en el mismo defecto cuando tenemos que remontar un resultado, nos entra la precipitación y la prisa, perdemos los papeles y abandonamos cualquier intento de jugar con cabeza; esto se ha repetido en varias ocasiones a lo largo de la temporada y deberíamos saber corregirlo de cara al futuro.
Al margen de estos comentarios, ayer se produjeron hechos o actuaciones que, cuando menos merecen una reflexión. Cuando un jugador es sustituido y el resultado esige la necesidad de dar la vuelta al marcador, no se puede salir del terreno de juego con desgana y lentitud, hay que pensar más en el equipo y menos en uno mismo; tampoco es de recibo que ante una adversidad como la del tercer gol local, y después de un enfado que acabó con un balonazo que impactó en un propio compañero, un jugador solicite su cambio de manera inmediata, para terminar golpeando fuertemente el banquillo a la finalización del encuentro. Hay que saber estar a las duras y a las maduras, y la frustración y el enfado hay que dirigirlo hacia el mayor esfuerzo en el juego para levantarse ante una situación adversa. Tampoco es de recibo que, por haber salido derrotados del terreno de juego, se olvide una de las máximas del juego limpio, como es saludar al rival a la finalización del choque, y hubo jugadores que al parecer lo olvidaron.
Queda ya poco de esta liga, pero muchos años por delante para que estos chicos puedan seguir disfrutando del fútbol; hay comportamientos que se deben corregir y tener muy claro que el grupo está siempre por encima de lo personal.